jueves, 20 de agosto de 2009

Costa da morte II. Naufragios.



El nombre de A Costa da Morte está directamente vinculado a los naufragios. Aún perviven en la memoria de los más viejos, pasando a formar parte de sus vivencias y creando un sentimiento colectivo hacia este tipo de sucesos que resulta difícil de comprender para una persona que no está en contacto con el mundo del mar.La proyección exterior de A Costa da Morte, se debe, en gran medida, a las noticias que los medios de comunicación dieron sobre estos tristes acontecimientos que, con el paso del tiempo, ya se convirtieron en un atractivo turístico más de la comarca.


Costa da morte era una zona de intenso tráfico marítimo –ruta del imperio británico en su momento de máxima expansión– de difícil navegación, con numerosos arrecifes semisumergidos, nieblas, corrientes, numerosas galernas(temporales con fuertes vientes de nordeste) y pobreza de señalización.



Según se deduce, las mayores catástrofes se produjeron en estos cinco puntos:



Bajo de O Negro, cerca de Arou, donde sucumbió en el año 1870 el carbonero inglés Woltfrong, con un total de 28 víctimas; y el carguero, también de bandera inglesa, City of Agra, en el año 1897, en el que se produjeron 29 víctimas. En este último naufragio quedó patente la colaboración de los vecinos, proporcionando a los náufragos comida, ropa y alojamiento. La campana de este barco aún se conserva en la iglesia de O Espíritu Santo, de Camelle.
La Punta do Boi fue el causante, sin lugar a dudas, del más fatídico naufragio de toda esta costa. La noche del 10 de noviembre de 1890, el buque acorazado inglés Serpent, que de Plymouth, se dirigía a Sierra Leona, embarrancó contra esta punta debido al fuerte viento, a la poca visibilidad y a la bravura del mar. De sus 175 tripulantes, tan sólo se salvaron tres. El párroco de Xaviña (municipio de Camariñas), junto con buena parte de sus parroquianos, se dirigieron al lugar de la catástrofe para rescatar los cadáveres que poco a poco iba echando el mar. Después de consagrar el lugar, allí mismo le dieron enterramiento a todos ellos, dando origen al denominado




Cementerio de los Ingleses, que aún se conserva en la actualidad, muy cerca de la playa de Trece. Durante muchos años, los barcos de la Marina inglesa, cuando pasaban frente a este lugar, disparaban salvas de ordenanza. Otra vez más, como muestra de gratitud y colaboración que los vecinos de la zona tuvieran hacia este suceso, la Marina inglesa envió varios regalos: una escopeta para el párroco de Xaviña, un reloj para el señor alcalde de Camariñas y un barómetro para el ayuntamiento.




En este mismo lugar hubo otras dos importantes catástrofes: la del Iris-Hull, en el año 1883, un carguero inglés que se dirigía a la India, en el que se salvó tan sólo un miembro, de un total de 38 tripulantes. Según testimonios presenciales, parte de la tripulación no se salvó por falta de medios, ya que pasaron un día entero pidiendo auxilio, subidos a dos palos del barco; y la del Trinacria, otro carguero inglés que tuvo su final en el año 1893, cerca de la Punta do Boi, muriendo 30 de los 37 tripulantes que llevaba. Sobre este naufragio se conserva una leyenda acerca de las hazañas de un perro que fue quien salvó al único superviviente del barco, que para unos fue su capitán y para otros un tripulante diferente. Sin embargo en la documentación de la época, no se cita para nada la presencia de este animal y se dice que hubo siete supervivientes.


La Punta da Barca, en este saliente, que forma el extremo de la península de Muxía, hay que destacar dos por su elevado número de víctimas. El primero fue el carbonero español Mina Sorriego, que desde Gijón se dirigía a Vilagarcía de Arousa, chocando contra unos bajos el 9 de marzo de 1954, pereciendo sus 11 tripulantes; y la segunda catástrofe, aún muy presente en la memoria de los muxiáns, fue la del pesquero de Marín José Antonio Lasa, que en la noche del 18 de febrero de 1966, fueron alertados con esta triste noticia, dirigiéndose todos los vecinos al lugar del suceso con la intención de prestar auxilio, consiguiendo rescatar con vida tan sólo al patrón, de un total de 12 tripulantes.


NAUFRAGIOS en Costa da Morte
El Cabo Touriñán, fue donde se produjo el mayor número de naufragios de toda esta costa, sobre todo en el bajo denominado O Farelo, que se puede ver al descubierto frente al faro cuando baja la marea. Cerca de esta punta, en la madrugada del 2 de abril de 1882, chocaron dos vapores: el inglés Douro y el español Irurac-Bac, que de repente se hundieron, produciéndose un total de 73 víctimas, y que, de no ser por el vapor inglés Hidalgo-Hull, que navegaba en aquellos momentos por el lugar, el número de desaparecidos sería mucho más elevado, ya que éste recogió nada menos que a 140 supervivientes.


Cabo Finisterre, si O Farelo es el punto negro de Touriñán, lo mismo sucede con O Centolo, en Fisterra. El más trágico suceso ocurrido en este lugar fue el del monitor inglés Captain, en el año 1872, que perdió toda su tripulación. Tres años después fue a dar a este mismo lugar un vapor español, del que se desconoce el nombre, desapareciendo nueve de sus 19 tripulantes.En 1878, otro mercante inglés, el Bitten, choca también con O Centolo, perdiendo diez de sus 14 tripulantes.Un suceso que tuvo gran repercusión en la zona, aunque no se produjera ninguna víctima, fue el que protagonizó el naufragio del Blas de Lezo, en el año 1932, barco de la Marina española que se hundió cuando hacía unas maniobras con otros barcos de guerra, al intentar pasar por el canal que hay entre O Centolo y la Punta del Cabo Fisterra.Cerca de esta zona, posiblemente a la altura del Cabo A Nave, fue el lugar dónde en el año 1960, naufragó el pesquero fisterrán Bonito, dejando en el mar sus 11 tripulantes, suceso que aún se recuerda con gran sentimiento en esta villa costera.También cerca del Cabo Fisterra, en unos bajos que forman el extremo sur de la extensa Playa de O Rostro, tuvo lugar la última gran catástrofe marina ocurrida en esta costa, de la que estamos seguros que creará leyenda y pasará a la historia de los naufragios de mayor importancia. Se trata del barco de bandera panameña Casón, que en la madrugada del 5 de diciembre de 1987, después de declararse un incendio a bordo, comienza a emitir un SOS. En seguida acuden en su auxilio el helicóptero del SAR, la Cruz Roja y los barcos de la zona, no logrando salvar con vida más que a ocho de sus 31 tripulantes, ya que los otros habían muerto por intoxicación de monóxido de carbono.Durante los tres días siguientes, el barco, ya embarrancado cerca de la costa, continúa con un incendio a bordo, sin que se tomen medidas para controlarlo, debido al estado del mar y a la peligrosidad de su carga.








Pero desde luego uno de los naufragios que mas impacto ha creado en estos ultimos años fue el del Prestige, barco petrolero procedente de las bahamas cargado de 77.000 toneladas de petroleo, procedente de Letonia y con rumbo a Gibraltar,lanzaba un SOS a unos 50 km de Finisterre a primera hora de la tarde.

El 19 de noviembre el barco se partió en dos a las 8 de la mañana, hundiéndose a una profundidad de 3850 m. El petrolero, que estaba a unos 250 km de la costa española, provocó las primeras manchas negras en la costa.
El presidente Manuel Fraga, aseguró que el hundimiento no tendría efectos sobre el medio ambiente. El 10 de diciembre el presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo que el ejecutivo había cometido errores de apreciación.

El 2 de enero de 2003, las manchas de combustible estaban a 50 kilómetros de la costa. El Primer Ministro francés prometió 50 millones de euros para la limpieza , ha sido el tercer accidente mas caro de la humanida, la limpieza y sellado costo 12 mil millones de euros, el doble que la explosion de challenger, la desintegracion del Columbia y el accidente nuclear de Chernobyl.


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