Esta isla Patrimonio
de la Humanidad
se sitúa a casi 4.000 km
de las costas de Sudamérica y a otros tantos de Tahití.
Chile se la anexionó en
1888.
De los tres volcanes
de la isla, el del vértice sur era el de mayor significado ritual para los
antiguos rapanuís. La aldea ceremonial de Orongo se asienta al borde del cráter.
Los europeos sabían
de la isla desde el siglo XVII, pero su nombre se lo dio el holandés Jacob
Roggeveen el día de Pascua de Resurrección de 1722. Otras menciones las
hicieron James Cook en 1774 y Jean-François La Pérouse en 1786. La
divulgación llegó en el siglo XX con las expediciones de Alfred Métraux y Thor
Heyerdahl, y con la película Rapa Nui de 1994. En 1957 un barco
chileno se hundió cargado con un moái; la figura aún no ha sido hallada,
pero los submarinistas pueden imaginárselo mientras bucean junto al sumergido
en 2004 frente a la costa.
De los siete moáis del Ahu Nau Nau, frente a la playa de Anakena, cuatro llevan tocado o pukao
Estas enigmáticas figuras tienen más de mil años, pesan entre 20 y 40 toneladas. Se cree que las Tongariki tenían una función astronómica.
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