Algunas formaciones
de nubes podrían ser catalogadas como uno de los espectáculos más bellos y
románticos de la naturaleza, pero estas masas de vapor de agua también son un
fenómeno complejo y científicamente interesante. Independientemente de la forma
y el aspecto de la nube, todas están formadas por la misma materia, agua o
hielo condensados.
Cuando el sol
calienta el suelo, el aire caliente comienza a evaporar el agua y a elevarlo
hacia el cielo. Una vez que estas partículas de vapor de agua se agrupan, se
forma una nube. Si sigue acumulando más moléculas de agua, sigue creciendo,
hasta que con el tiempo vuelve al suelo en forma de lluvia o nieve. De lo
contrario, la nube simplemente se evapora en el aire.
A pesar de que las
diferentes formaciones de nubes os pueden parecer aleatorias e inclasificables,
hay un sistema de clasificación de nubes que es uniforme en todo el mundo. Luke
Howard, químico y meteorólogo aficionado británico, fue el primero en
introducir un sistema de nomenclatura para las nubes en 1802. Hoy en día las
nubes se clasifican en función de su forma, altura, proceso de formación y
otras características.
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