
Hoy tengo el placer y el privilegio de contar con un muy buen amigo en el blog. Él es Yunés. Como Yunés es marroquí quise que escribiese un artículo sobre las costumbres y las gentes de Marruecos.
A continuación podéis deleitaros de su magnifico artículo. Digo magnífico porque es un gran escritor! Además de un GRAN con mayúsculas, profesor!!!
AQUÍ VIVIMOS LOS DETALLES..
Marruecos, ese país de tradición y modernidad –con más de
1200 años de historia urbana-.
Combinando esas dos esencias de la vida, la
tradición y la modernidad, ya tenemos a la cultura.
Ya tenemos al Marruecos de
hoy. Ese país en el que, muchos, creen que se lapida a las mujeres y, por ser
chicas no se les deja conducir un coche. Todavía hay gente que cree que en
Marruecos el único medio de transporte es el camello y, la única vestimenta es
la túnica; que todos tenemos barbas y, que nuestras mujeres llevan burkas; que
todos somos extremistas y primos de Ben-Laden; que los no-musulmanes no pueden
convivir en el país con nosotros; (Todo por culpa de los medios de
comunicación que siempre han intentado venderle al extranjero una “mala” y
falsa imagen sobre este bendito pueblo y su cultura).
Creo que pertenezco a la última generación que puede
cambiarlo todo.. si no es así, por lo menos, no permitir que otros –los que
vengan después- encuentren esto peor de lo que lo encontramos nosotros.
Somos un pueblo tradicional, eso es cierto.. pero nuestra
tradición es un poco diferente de lo que cree la gente. Me explico mediante
ejemplos:
En Marruecos, si vives solo, cada viernes, tus vecinos te preparan un Tajín de cuscús sin que se lo pidieras, para hacerte sentir que estás rodeado de gente que te quiere (como tu propia familia).
En Marruecos, si viajas en tren, los pasajeros con quienes compartes el compartimento te consideran un amigo más, te hacen parte de sus conversaciones, incluso, comparten su comida contigo.
En Marruecos, cuando se ve a un anciano cruzar la ruta, alguien tiene que cogerle de la mano y, ayudarle a cruzar.
En Marruecos, si te encuentras con tu vecino, en la tienda del barrio, acompañado de tu hijo –niño o niña- el vecino se toma la molestia de comprarle algo al niño, para hacerle sonreír.
En Marruecos, si estás con tu pequeña familia y no encuentras un taxi, alguien de la calle te lo consigue, sin pedírselo.
En Marruecos, si quieres comer y no tienes dinero, cualquiera te paga un bocadillo.
En Marruecos, si te subes al tren con una maleta súper-pesada, cualquiera te ayuda, sin pedírselo.
En Marruecos, si te quedas sin saldo –de teléfono- en la estación del tren, cualquier te puede prestar su móvil para llamar.
En Marruecos, no te invitan a un café en una cafetería, te invitan a una comida en casa, con la familia.
En Marruecos, si tomas un café con un amigo, tendrás que discutir con él sobre quién pagará los cafés.
En Marruecos, la gente se preocupa por ti si no tienes tu comida del día.
En Marruecos, si llevas velo, nadie te pregunta el porqué; si no lo llevas, tampoco.
En Marruecos, si vives solo, cada viernes, tus vecinos te preparan un Tajín de cuscús sin que se lo pidieras, para hacerte sentir que estás rodeado de gente que te quiere (como tu propia familia).
En Marruecos, si viajas en tren, los pasajeros con quienes compartes el compartimento te consideran un amigo más, te hacen parte de sus conversaciones, incluso, comparten su comida contigo.
En Marruecos, cuando se ve a un anciano cruzar la ruta, alguien tiene que cogerle de la mano y, ayudarle a cruzar.
En Marruecos, si te encuentras con tu vecino, en la tienda del barrio, acompañado de tu hijo –niño o niña- el vecino se toma la molestia de comprarle algo al niño, para hacerle sonreír.
En Marruecos, si estás con tu pequeña familia y no encuentras un taxi, alguien de la calle te lo consigue, sin pedírselo.
En Marruecos, si quieres comer y no tienes dinero, cualquiera te paga un bocadillo.
En Marruecos, si te subes al tren con una maleta súper-pesada, cualquiera te ayuda, sin pedírselo.
En Marruecos, si te quedas sin saldo –de teléfono- en la estación del tren, cualquier te puede prestar su móvil para llamar.
En Marruecos, no te invitan a un café en una cafetería, te invitan a una comida en casa, con la familia.
En Marruecos, si tomas un café con un amigo, tendrás que discutir con él sobre quién pagará los cafés.
En Marruecos, la gente se preocupa por ti si no tienes tu comida del día.
En Marruecos, si llevas velo, nadie te pregunta el porqué; si no lo llevas, tampoco.
En Marruecos, se viven los detalles, se vive la sencillez, la
simplicidad, la tolerancia, la sonrisa, la solidaridad, la humildad, la
naturalidad, la familiaridad, la humanidad, la hospitalidad..
Simplemente, se
vive el instante.
Yunés ZOUYTA.
http://www.jonasbescuense.blogspot.com.es/
http://educacioncotidiana.blogspot.com.es/
Gracias Yunés, ERES GRANDE.
Muchas gracias Albinha.. Es un placer..
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