lunes, 15 de septiembre de 2014

Los cuartos de casa se convirtieron en laberintos aquel día


El día de tu muerte los cuartos de casa se convirtieron en laberintos. Busco los sitios donde fuimos felices. Qué paradoja, ahora que no tengo casa tengo goteras.

Me puede el miedo de ser desalojada de tu existencia. 
El miedo es libre, y yo todavía lo tengo preso en cada rincón de mi alma desde que te fuiste. 

No sabes cuanto te echo de menos.....

Para ti, mi querido Alejandro, que hace ya cinco años que nos dejaste....


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